miércoles, 27 de febrero de 2019

Poda de moreras



Una vez pasadas navidades comenzamos con la poda, no está siendo un invierno muy frío y parece que algunas yemas en las moreras están casi a punto de tirar.

Las moreras son una especie muy utilizada en entornos urbanos como árboles de sombra. Su carácter caducifolio y su crecimiento rápido y denso proporciona una buena sombra en verano, mientras que en invierno pierde la hoja permitiendo el paso del sol a través de sus ramas.

Tradicionalmente las moreras se han podado por desmochado o en algunas ocasiones por terciado

Ambas prácticas, especialmente la primera afectan gravemente al árbol. Sin duda a primera vista parece que desmochar es la opción más económica por su rapidez y por los pocos conocimientos que requiere, a la larga resulta ser la más cara, ya que el deterioro que sufren estos árboles obliga a su posterior arranque y restitución.

Comenzamos los trabajos podando las moreras (Morus alba) de la calle que va a la estación. Son moreras relativamente jóvenes, ya que por lo dicho anteriormente hubo que reemplazar hace unos años las que ya había. A pesar de ello se siguieron desmochando las nuevas la mayoría de años.



Los alumnos de jardinería del Et Formem ya se ocuparon de ellas el año pasado, por lo que este será el segundo año que les hagamos una poda sin desmochar. Se han seguido para podar los criterios normales de sanidad del árbol, los de seguridad para los viandantes y otros por razones operativas de la zona en que se encuentran. Es decir por este orden eliminamos primero las ramas dañadas, ya que corren riesgo de debilitamiento y rotura además de ser foco de infecciones y pudrición, por esta última razón eliminamos también las ramas que se tocan unas con otras, lo que lleva a heridas por roce. Eliminamos también las ramas que crecen con ángulo hacia el suelo,  las muy horizontales o las que cruzan horizontales por el centro del árbol. También eliminamos rebrotines que pueda haber cerca de la cruz del árbol o de las bifurcaciones de ramas las más gruesas.



En lo siguiente que nos fijamos es en sí hay ramas que molesten especialmente por algún motivo como por ejemplo si alguna va directamente a una fachada o a los cables de la luz, o en nuestro caso, daban por un lado a una calle transitada habitualmente por camiones, produciéndose golpes y roturas (esto nos obligó a cortar en terciado alguna rama para no descompensar demasiado al árbol).





Aun después de hacer todo esto seguirán quedando muchísimas ramas, es momento de alejarse un poco del árbol observarlo y decidir que más vamos a quitar, considerando mantener un buen porte y sobretodo equilibrio. Hay que tener en cuenta que cada rama “chupa alimento” en decir que se reparten los recursos y por tanto tendrán menos vigor, por ello elegimos que ramas queremos dejar y cuales quitamos para disminuir la competencia, para ello tendremos en consideración por ejemplo cual está mejor insertada en la rama principal y puede crecer más fuerte, o cual está en el lugar más adecuado y tiene mejor forma para el porte que queremos dar. 
También eliminamos la mayoría de ramas que van hacia dentro de la planta, teniendo en cuenta no descompensar el peso de la rama. De esta manera permitiremos la entrada de luz y aire dentro de la copa cuando esté la planta en pleno apogeo, reduciendo la probabilidad de plagas y hongos.

Eliminamos los rebrotines de primer y segundo año y los “chupones” sin perder de vista que la poda no es solamente para “ahora”, lo que hacemos hoy repercute en los próximos años, de manera que puede haber alguna rama joven que nos convenga dejar para que sustituya a otras más viejas dentro de algunos años, ya sea en vistas a la regeneración del árbol o ya sea en previsión de que alguna rama puede resultar peligrosa o molesta en un futuro y haya que eliminarla.

Ya que es el segundo año que realizamos dicha poda y que son bastantes se seleccionaron varios (uno por alumno) y se realizó un examen de poda, en el que se evaluó el criterio de poda, la ejecución de los cortes, la limpieza de la zona de trabajo y la limpieza del material empleado. Hay que decir como alumnos de certificado de profesionalidad de nivel II de "Instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes", en su formación no se contempla la poda en altura, por lo que toda la poda fue desde el suelo con un serrucho de pértiga o con tijeras largas de poda si era posible, ayudándose en ocasiones de una escalera siempre sin subir por encima de los 2m de altura. La poda desde el suelo con pértiga dificulta en gran medida conseguir un ángulo de corte adecuado en algunas ramas.

ANTES

DESPUÉS






No hay comentarios:

Publicar un comentario